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La deuda pendiente de Francia con los 'sin techo'

ImagenFoto: Ignacio Marín
18/7/2012.- Francia, segunda economía de la zona Euro, tiene una deuda pendiente con las personas sin hogar, a juzgar por las 150.000 personas que viven en las calles y aceras de este país, un 50 % más que hace 5 años, según datos del gobierno galo.

Steve Franche, 41 años, fallecido el 29 de noviembre de 2011 en la estación de metro de Denfert-Rochereau en París. Jean-Jacques, llamado "Gigi" o "La Araña", 46 años, muerto el 30 de noviembre de 2011 en un albergue de día en Bayona. Philippe García, 52 años, difunto el 5 de diciembre de 2011 en el hospital Font-Pré en Toulon. Un hombre sin identificar, encontrado sin vida el 20 de mayo de 2012 en un cuarto de basuras en Bergerac. 


Son sólo cuatro de las 264 personas sin hogar que murieron en Francia en los últimos 6 meses. Con 49 años de media, muchos de ellos inmigrantes. 
La asociación Morts de la Rue (Muertos de la Calle) homenajeó hace pocos días en París a estos seres casi siempre anónimos que, como señalan con ironía los responsables de este colectivo, “ya no dormirán más en la calle”, leyendo uno por uno sus nombres. 

Francia ha fallado en su lucha contra la pobreza, a juzgar por las 150.000 personas sin techo censadas en el último informe parlamentario sobre la materia difundido en enero de este año, una cifra “ simplemente escandalosa”, reconoció a Efe el presidente de FEANTSA, la Federación europea de asociaciones de apoyo a las personas sin hoga, Friej Spinnewijn. Esta ONG  venido denunciando la falta de criterios homogéneos impide confrontar adecuadamente el número de ‘sin techo’ en los distintos Estados europeos.  Pese a ello, una comparación aproximativa muestra que la cifra francesa se aleja ostensiblemente de las 30.000 personas que según Cáritas carecen de domicilio en España, un país mucho más golpeado por la crisis que Francia, y con una tasa del desempleo del 26 % frente al 10 % francés. 

PARÍS: SOBRE LOS ADOQUINES, LA MISERIA

París es quizá una de las ciudades que muestra con mayor crudeza la situación de los 'sin techo' en el país: a quienes visitan la capital francesa por primera vez, suele sorprenderles la gran cantidad de personas que se ve mendigando en las calles o durmiendo en los andenes del metro. 
Unas 6.000 personas sin hogar residen en esta ciudad, según estiman varios colectivos.  Cada año, la llegada del verano implica el cierre de cientos de centros de acogida que han trabajado sin pausa durante el invierno, y aunque este año la nueva ministra de Vivienda, Cécile Duflof, ha cedido a las peticiones del Colectivo de Asociaciones y ha prorrogado la apertura de estos centros tras el 1 de julio, el problema sigue sin resolverse. 

“¿De qué sirve que dejen abiertas 2.500 plazas en albergues en verano en París?”, se lamentaba ante Efe el presidente de Morts de la Rue, Christof Louis, al recordar que más del doble seguirán sin tener dónde guarecerse.  Louis, muy escéptico ante lo que pueda proponer el nuevo Gobierno, cree que las iniciativas políticas "siempre se quedan en promesas y nunca son lo suficientemente audaces".  El caso parisino es uno de los más extremos que ilustran la realidad francesa, donde la existencia de una política de redistribución de ingresos relativamente efectiva y la presencia de un cuerpo asociativo fuerte que ayuda a los más vulnerables, no han evitado que el país dejen aún mucho que desear en lo relativo a la acogida de personas sin hogar.  

Acabar con la indigencia en las calles se convirtió en prioridad nacional en 2007. El gobierno de Nicolas Sarkozy lanzó un ambicioso plan que preveía reducir la pobreza un tercio durante los cinco años de su mandato, y prometió destinar 170 millones de euros a la creación y mejora de centros de acogida.  Pese a ello, cinco años más tarde el número de personas sin hogar se ha incrementado en un 50 %.  Entonces, ¿qué es lo que falla? 

“El aumento de personas sin hogar no es un problema exclusivo de Francia”, aclara Spinnewijn, y apunta que, de hecho, se trata de un fenómeno "patente y preocupante" en toda Europa. Ahora bien, si bien este incremento, “está relacionado en parte con la crisis, también evidencia que algo más no funciona en las políticas de lucha contra la pobreza” en el continente, afirma.  A su juicio, hacen falta más iniciativas como la de Finlandia, que se ha propuesto cerrar todos sus centros de acogida de ‘sin techo’ en 2015 y buscar una solución permanente para las 10.000 personas que duermen al raso en su territorio. 

"Claro que Finlandia no es Francia, las condiciones son muy diferentes en ambos países“, reconoce, pero “al menos en el primer caso se muestra una verdadera voluntad política de acabar con el problema”.  El responsable de FEANTSA indica que posiblemente las iniciativas puestas en marcha aún no se hayan manifestado sobre el terreno y apunta que factor de la inmigración contribuye a que la indigencia sea un fenómeno amplificado en Francia.  “Aunque también hay demasiados franceses que se encuentran durmiendo en la calle”, admite. 

Xavier de Boisbaudry, voluntario en varias ONG de apoyo a los ‘sin techo’, cree tener la respuesta, al señalar que “en países como España e Italia, los lazos familiares son más fuertes, y el entorno no permite que un familiar se quede en la calle, mientras que Francia es un país mucho más individualista”. 

UN POCO DE CALOR HUMANO 

Iniciativas como los Restos du Coeur (Restaurantes del Corazón), creados por el famoso cómico Coluche y presentes en toda Francia, ayudan a paliar las deficiencias de un sistema que no ha sabido dar respuesta a esta problemática.  En uno de los tres centros que operan en la capital francesa, junto a la Puerta de la Villette, al este de París, quince voluntarios dan de comer cada día a entre 400 y 500 personas.  

"Ofrecemos un plato caliente, pero también calor humano, que muchas veces es más importante”, explica su responsable, Herbé Le Marchans. 
De esa cálida acogida dan fe personas como Jean-Pierre, que tras quedarse en la calle como consecuencia de “un divorcio y una cadena de errores”, asiste cada día desde hace más de dos años a este comedor.  “Adoro a mis niñas”, asegura señalando a las cinco voluntarias que ese día se encargan de preparar y servir la comida. Mientras las cifras de personas sin hogar siguen bailando en las estadísticas oficiales, los propios afectados demandan más atención, no sólo de las autoridades, sino de la propia sociedad francesa. 

“Trabajé en Valencia en el campo, recogiendo naranjas, hasta que la cosa se torció. Volví a París, pero en Francia nadie se preocupa por nadie”, explica en perfecto castellano Rachid, argelino de 50 años que aparenta muchos más, desde la acera en la que pasa la mayor parte del día. 
“No murieron sólo de frio, de calor, de hambre, de violencia o de pobreza. Murieron por el sentimiento de no existir”, aseguraba una mujer ante el micrófono durante el homenaje a este colectivo por parte de Morts de la Rue. 
“Aquí no nos ven”, zanja Rachid.

Puedes leer una versión reducida aquí : http://www.vanguardia.com.mx/personassinhogardeudapendienteenfrancia-1332644.html


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